No son muchos, pero son. Uno de estos últimos es Roel Rotshuizen, líder sindical de dimensión mundial, cuya presencia en África, Asia y América Latina y, por supuesto, Europa Occidental, es más que conocida por su prédica y por su práctica en el campo del diálogo social entre empleados y empleadores, así como por su espíritu de solidaridad con quienes más necesitan.
Roel es oriundo de los Países Bajos y, aun cuando creció en una familia que no tenía afinidad con el mundo sindical, sin embargo, de sus padres, miembros de la Iglesia Protestante, aprendió el amor al prójimo. Creció con un sentido muy fuerte de la justicia. De ahí que, al terminar la secundaria, optó por seguir la carrera de maestro en un medio universitario donde se convirtió en unos de los líderes más calificados frente a algunas arbitrariedades propias de ese ambiente tan controvertido.
Posteriormente, estudió para abogado y de ahí enrumbó sus pasos hacia el sindicato CNV, como negociador colectivo de trabajo. Fue una gran experiencia. Pudo apreciar que las personas ricas podrían obtener su justicia mucho más fácilmente que las personas más pobres.
La experiencia acumulada en la CNV Dienstenbond, sindicato de servicios comerciales, fue más que suficiente para ejercer después el importante cargo de secretario general, labor que cumplió durante 35 años, de 1995 a 2018, combinándola con el trabajo internacional para la WOW.
Quienes saben de su trayectoria, lo recuerdan por su dinamismo como responsable de la contratación de personal y capacitación. Cuando el sindicato estaba en su punto más alto, alrededor del 2010, alcanzó una membresía de 35 mil afiliados, cuyas contribuciones facilitó la apertura de seis oficinas en los Países Bajos y 88 empleados, de los cuales aproximadamente la mitad se dedicaba a la negociación colectiva y más de 15 abogados como asesores.
Serio, disciplinado, estudioso de la problemática laboral, Roel es un hombre de actitudes muy fraternas y sencillas. Hoy en día sus preocupaciones tienen que ver con el movimiento ondulatorio entre quienes optan por el individualismo y el colectivismo. Pero aún así, no deja de ser optimismo y hace referencia a Europa, en donde los jóvenes de estos tiempos son menos individualistas que lo jóvenes de hace 30 o 40 años. "Espero que veamos una oportunidad para organizar a los jóvenes, no solo en movimientos de un solo tema, sino también, en movimiento sociales como el sindicato. Los ricos de este mundo se están volviendo cada vez más ricos, y los pobres se están volviendo cada vez más pobres", expresa para explicar que las personas tienen que trabajar duro por su dinero, en consecuencia, tienen cada vez más razones par aponerse de pie juntos y hacer demandas para mejorar sus vidas. "Y esas demandas -subraya- se colocarán, no solo en las mesas de los gobiernos, sino también, en las mesas de los empleadores. Tal vez los sindicatos se conviertan en más organizaciones donde las personas se unan por un corto periodo de tiempo en torno a un tema". Tal la cita de quien conoce a fondo esta cuestión social y que en el reciente XXXIV Congreso Mundial de la Organización Mundial de los Trabajadores, de la cual ha sido uno de sus artífices más importantes, se despidió en medio de los aplausos de quienes reconocen su calidad de hombre de bien al servicio de las causas nobles de los trabajadores.